Mil lagrimas saladas
se derraman por mis ojos y no sé,
ni el motivo ni el porqué.
Es un capricho, es un antojo,
de esos que hace tiempo que dejé,
y ahora me vuelve a perder.
Y ya veré mañana,
si miro a la ventana,
si el sol se digna a aparecer.
Aún no he pensado en nada,
no sé si tengo ganas
de ver las flores florecer.
Todo me atrapa, yo me encojo,
se hunde el mundo encima de mi piel
y le pego a la pared.
Miro a mi vida de reojo,
no sé si está mal o si está bien
y no lo quiero saber.
Y doy pasos en falso,
y de repente salto,
he vuelto a retroceder.
Ahora no me caigo,
para eso falta algo,
ahí podría enloquecer.
Vuelvo a manchar la madrugada
con una tinta especial.
Tinta del mar, tinta salada,
que moja un viejo portal.
Es esta ira, es esta rabia,
lo pronto que viene y que se va
¿Quién le dio permiso a entrar?
Una caricia o bofetada
cuesta tan poquito regalar.
Que no siempre es de verdad.
Ya sé que me equivoco
y acabo poco a poco
pero me cuesta reaccionar.
Que mal que me conozco
y tiendo hacerme el loco
de ésta no vas a escapar.
Vuelvo a manchar la madrugada
con una tinta especial.
Tinta del mar, tinta salada,
que moja un viejo portal.
Vuelvo a manchar la madrugada
con una tinta especial.
Tinta del mar, tinta salada,
que moja un viejo portal.
miércoles, 8 de agosto de 2012
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